Publicado el:
Jun
30
Medio Ambiente

Colombia con menos bosques

La deforestación no solo tala árboles, acaba con el hábitat de especies animales y cambia nuestro clima.
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Colombia, con su posición en la zona tropical, sus dos océanos, sus tres cordilleras, sus valles interandinos y sus regiones Pacífica, Orinocense y Amazónica, es un país privilegiado en cuanto a su biodiversidad, al punto de estar entre los tres países con más número de especies registradas en el mundo. Un componente importante de esta biodiversidad son las áreas boscosas, definidas como áreas en las que predomina la cobertura arbórea. Los muy variados tipos de bosques en Colombia van desde los bosques andinos (en las cordilleras y en la Sierra Nevada de Santa Marta) hasta los bosques húmedos de tierras bajas del Chocó y la Amazonia, pasando por los bosques secos del Caribe, los valles interandinos y los Llanos Orientales.

No obstante, la cobertura boscosa del país ha venido disminuyendo desde la llegada misma de los primeros seres humanos al continente, pero principalmente y de forma más acelerada en las últimas décadas del siglo XX y lo corrido del siglo XXI. La deforestación es el primer paso para un sinnúmero de actividades, como la agricultura, la ganadería, la minería, la urbanización, el turismo, el tráfico legal de madera y la producción de sustancias ilícitas, entre otras. Hacia 1990, según el IDEAM, el país contaba con bosques en el 56,4% de su territorio continental, valor que disminuyó hasta el 51,6% en 2014. La pérdida de cobertura arbórea del país desde 2002 se encuentra alrededor de las 60.000 ha anuales, pero entre 2017 y 2019 las cifras fueron las más altas: 128.000 ha (2017), 157.000 ha (2018) y 115.000 ha (2019), de acuerdo con Global Forest Watch. Esto es el equivalente a perder una superficie de bosque del tamaño de un campo de fútbol cada seis segundos.

Las comunidades aborígenes han convivido de manera sostenible con los bosques y otros ecosistemas. La diferencia entre ellos y nosotros es el profundo respeto que profesan hacia la naturaleza, con una conciencia plena de que, si acaban con ella, perderán todo lo necesario para vivir bien. Nuestra forma de vida es opuesta a esa armonía ancestral.

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De acuerdo con el profesor Sergio Andrés Llano Consuegra del Programa de Biología de la Universidad El Bosque los efectos de la deforestación van mucho más allá de la simple pérdida de la superficie boscosa. La disminución del área de bosques afecta la posibilidad de supervivencia de infinidad de organismos, desde hongos, invertebrados y musgos hasta reptiles, aves y mamíferos. La fragmentación que suele acompañar a la deforestación tiene efectos sobre las condiciones ambientales del territorio, como cambios en la radiación solar que llega al suelo, la evaporación, la temperatura, los vientos, entre otros. Por otro lado, los procesos ecológicos se pueden interrumpir como consecuencia de estos cambios, pero también por la alteración de ciclos hídricos, la desaparición local de especies, la imposibilidad de los individuos de desplazarse entre los fragmentos e incluso por la llegada de especies invasoras.


Desafortunadamente, el control de la deforestación es una tarea poco menos que imposible, debido a diferentes circunstancias, como la lejanía de los lugares en los que ocurre, la connivencia con actores armados ilegales, la relación directa con fenómenos como el narcotráfico y la corrupción.

Las Corporaciones Autónomas Regionales, las administraciones departamentales y municipales, la Policía y el Ejército no poseen el personal, la tecnología ni los recursos suficientes para ejercer dicho control. Las inmensas ganancias que se derivan de actividades relacionadas con la deforestación dificultan enormemente la acción de las autoridades e imposibilitan la desaceleración de este problema, que no solo es ambiental, sino también social.


A pesar de que el ciudadano del común podría considerar que ayudar a que la deforestación disminuya es imposible, en realidad tiene la posibilidad de hacer mucho: desde entender y conocer su huella ecológica hasta llevar a cabo acciones para disminuirla y ser más responsable con el planeta; al fin y al cabo, es nuestra única casa y no hay posibilidades cercanas de establecer colonias humanas en otros planetas. Ojalá no sea demasiado tarde para despertar y revertir el daño que durante siglos le hemos hecho a nuestra hermosa Tierra…