Publicado el:
Aug
19
Salud y Calidad de Vida

Efectos psicológicos de la exposición permanente a noticias falsas

Las noticias falsas hoy son comunes, convirtiendo rumores en verdades que fácilmente se generalizan, aspectos que estudia la Psicología del Bulo.
noticias falsas

Todo proceso comunicativo tiene por objetivo generar algún tipo de respuestas por parte de quien recibe el mensaje; respuestas que pueden darse de forma física como una sonrisa o un movimiento corporal, por ejemplo, de forma cognitiva estimulando alguna idea u opinión sobre el mensaje o de forma emocional generando alguna respuesta sensorial.

Las noticias falsas o fake news siempre han existido a través de nuestra historia; sin embargo, se han popularizado y en ciertas circunstancias se han incrementado. Estos falsos rumores se convierten en realidad para muchos, lo cual se conoce como la Psicología del Bulo.

El bulo no se da de manera incondicionada, tiene un propósito al ser creado; además previamente se caracteriza el público objetivo al cual se dirige la información, es decir se identifica su manera de pensar, sentir y actuar para tener un diseño preciso del contenido que se va a difundir. Si observáramos el origen de estos falsos rumores, siempre existen intereses, desde lo más simple e inocente hasta algo premeditado y por supuesto calculado.

Las noticias falsas han venido produciéndose y manteniéndose, gracias a que el mayor impacto que tienen es de carácter emocional, con lo cual se pretende generar en el receptor, consumidor o usuario de la noticia, emociones desagradables e intensas como el miedo, la indignación y la rabia, entre otras, que no facilitan el proceso de toma de decisiones racionales.


El comportamiento que producen estas noticias, es la reactividad, es decir, la conducta no mediada por procesos de pensamiento lógico. El efecto predominante y evidente de las noticias falsas es el impacto directo en las emociones.

Cuando estamos expuestos a noticias falsas de manera permanente en las diferentes redes o medios, estos falsos sucesos se convierten en un apalancamiento y dan la posibilidad al usuario de exteriorizar y encontrar referentes con los cuales identificarse y relacionarse masivamente a partir de sus emociones y generar una fuente de reconocimiento e incluso estatus en la medida que se produce un gran eco o una gran réplica de su mensaje, consiguiendo aliados que automáticamente también multiplican la información.

De otra parte, las noticias falsas con contenido positivo no suelen ser tan rápidamente difundidas y acogidas, dado que generan emociones agradables, como alegría, serenidad, gratificación, entre otras. Estas están asociadas con el bienestar y la comodidad y en consecuencia no estimulan un comportamiento que busque modificar o manifestarse ante la circunstancia; mientras que las emociones desagradables están más asociadas con la supervivencia y generan una respuesta de inconformidad y de cambio. 

Por lo anterior, dentro de nuestros ambientes familiares, sociales, educativos formales y no formales, es conveniente generar una cultura de la gestión de las emociones y así tener más y mejores herramientas comportamentales que nos permitan procesar adecuadamente toda la información a la cual nos vemos expuestos diariamente en las redes y en los medios, convirtiéndonos en consumidores más inteligentes y responsables socialmente.

Por: Ana María Córdoba Acosta y Luisa de los Ángeles Betancourt Castro, docentes de la Especialización en Investigación de Mercados y Consumo de la Universidad El Bosque