Publicado el
Nov
13

La magia de la educación en la Universidad El Bosque

El representante de estudiantes, Felipe Herrera, relató la importancia que tiene el papel de los docentes de El Bosque en la vida de sus estudiantes.
La magia de la educación en la Universidad El Bosque

Felipe Alejandro Herrera Rueda es estudiante del Programa de Matemáticas de la Universidad. Cuando era un adolescente no estaba entre sus metas resaltar académicamente y podría decirse que, al igual que muchos jóvenes colombianos entre los 13 y los 17 años, no tenía muy claro qué quería estudiar.

Las cosas cambiaron cuando, debido a una complicación de salud, la educación que recibía en su adolescencia tuvo que trasladarse de los salones a su hogar. Comenzó a recibir clases particulares, tutorías y  nivelaciones con su profesora, Esperanza Castañeda, con quien estudió durante casi 4 años al interior de su casa.

El cambio que vivió no solo influyó en el ambiente social tan diferente en el que se vio inmerso, sino en la elección profesional que hizo al elegir una de las carreras más prometedoras del futuro, las matemáticas, un gusto que comparten varias generaciones de su familia. Según él, fue gracias a su profesora personal, “una maestra universal y multidisciplinar”, que adoptó esa influencia intelectual y encontró el componente filosófico en la ciencia de los números.

Así, decidió estudiar lo que Galileo Galilei llamaba la ciencia o el lenguaje con el cual Dios escribió el mundo. “Sí no hubiera sido por esa educación personalizada” – dice – “probablemente no hubiera comprendido que todos los seres humanos somos seres matemáticos y que es gracias a esta ciencia que estamos más cerca de entender la realidad”.

La pasión de Alejandro es la magia y ha sido gracias a la lógica matemática que ha ampliado sus conocimientos sobre este mundo. Para él, tener una educación personalizada fue una fortuna y la influencia de su maestra determinó su vida, pues le permitió juntar sus dos grandes metas, reflejo de  su mayor aprendizaje: “la pasión es lo más importante que puede generar un profesor”.

Por eso, cuando ingresó a la Universidad El Bosque, se sintió feliz de encontrar en su programa excelentes maestros, como Jorge Marulanda o Andrei González, quienes enseñan mediante la generación de dudas e inquietudes individuales y son docentes de una Universidad que le ha aportado desde conocimientos científicos hasta una reflexión profunda alrededor de la construcción de la verdad y de las realidades de los demás.

Al ser beneficiario del Programa Semillas y representante de estudiantes de su Facultad, Alejandro pudo observar que un pilar esencial, como el social, es necesario para la educación. En ese sentido, la Universidad resultó ser una oportunidad a partir del enfoque cultural, al ofrecer flexibilidad y apoyo en aquello que es importante para el estudiante más allá de la dimensión académica, como lo es en su caso la magia.

Dentro de sus experiencias en la institución encontró, además, que el conocimiento es un fin en sí mismo que no solo te da ingresos, sino que aporta a la sociedad al representar una formación personal invaluable. Por eso, se hace tan importante el rol del docente que va más allá de lo institucional y que en el caso de la Universidad representa el enfoque biopsicosocial, un modelo diseñado para que el estudiante fortalezca su proyecto de formación desde la concepción de los seres humanos como entes biológicos, psicológicos y socio culturales con enfoques interdisciplinarios, al que se suma su compromiso con el país, teniendo como imperativo supremo la promoción de la dignidad de la persona humana en su integralidad.

En el día a día académico, “estudiantes y docentes deberían tener una relación más horizontal...” – explica Alejandro – “un docente puede hacerte amar el conocimiento u odiarlo”, razón por la cual la educación no es una simple profesión, sino una pasión que busca enriquecer el mundo interior al conectar a la persona con el conocimiento exterior.

Ese es el rol de liderazgo que caracteriza a los docentes de la Universidad y que demuestra que la filosofía institucional detrás de sus procesos, apoyado por su cuerpo académico, puede hacer magia en la vida de sus estudiantes, transformándola y dejando su legado como parte de su gran misión con el quehacer profesional y con la pasión que sienten por el arte educativo, así son los docentes de El Bosque.

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