Publicado el:
Jul
06
Sociedad y Política

Vidas que importan

Para un mundo marcado por la discriminación y el prejuicio, educación sobre la igualdad y la diferencia.
racismo

Naciones Unidas ha impulsado desde 2005 el Programa Mundial para la Educación en Derechos Humanos, marcando por etapas sus objetivos y orientándolos al abordaje de ciertas temáticas o sectores.  La cuarta etapa (2020 - 2024) está enfocada en los jóvenes y hace especial hincapié en la educación y formación sobre la igualdad, los derechos humanos, la no discriminación y en la inclusión y el respeto de la diversidad con el fin de construir sociedades inclusivas y pacíficas, esto de acuerdo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, Resolución 39/3 del 3 de octubre de 2018.    

Muchas situaciones globales justifican este énfasis.  La consigna de “black lives matter” (las vidas negras importan) encarna la denuncia sobre el marcado abuso policial en personas afrodescendientes, que llega incluso a causarles la muerte, como ocurrió a Trayvon Martin o a George Floyd en Estados Unidos o cotidianamente a cientos de afrobrasileños que representan 8 de cada 10 víctimas fatales en operativos policiales realizados en el gigante latinoamericano. Así también, la inferiorización de las mujeres, que las afecta en tantos ámbitos de la existencia, normaliza las distintas formas de violencia y lleva a relativizarlas o ponerlas en duda, como ha ocurrido con la atroz violación colectiva de una niña indígena embera en nuestro país.  

El prejuicio se caracteriza porque expele toda refutación racional, ya sea por impulso, tradición o la preservación de ciertos intereses; mantiene a quien lo enarbola en actitud de prevención constante.

Es por esta naturaleza que Einstein llegó a afirmar que “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.  La discriminación como expresión colectiva del prejuicio crea zonas inseguras para ciertos grupos poblacionales en determinados contextos, mina las instituciones y socava la democracia. Y se trata de un fenómeno que puede emerger en cualquier momento y frente a cualquier grupo, lo hemos visto con el personal sanitario en el país, a propósito de la pandemia, por ejemplo.

Creemos que la capacidad intelectual de la humanidad que descifró la manera de desintegrar el átomo, puede también confrontar los prejuicios y superar la discriminación y en ello el rol de la educación es ineludible; apostamos a que la educación sobre la igualdad y la diferencia, para formular respuestas asertivas y adoptar medidas con enfoque de derechos es el camino y desde la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas nos sumamos a esta cuarta etapa con convicción y esperanza.

Por: Diana M. Murcia, Profesora asociada responsable de asignaturas sobre derechos humanos y derecho constitucional colombiano en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad El Bosque