Las madres y padres comunitarios son aquellos agentes educativos responsables del cuidado de la primera infancia, reconocidos en su comunidad por su solidaridad, convivencia y compromiso con el desarrollo de los niños, niñas y sus familias alrededor del país.
Su labor es admirable y merece toda la ayuda posible. Por eso, bajo la coordinación de María Soledad Zamora, docente del programa de Licenciatura en Educación Infantil, los estudiantes realizan talleres que buscan aportar a la formación de más de 70 Madres Comunitarias de distintos barrios de la localidad de Usaquén.
Te puede interesar: Apostamos por el emprendimiento con sentido social
A partir de allí, se aborda un enfoque inclusivo y diferencial con proyección a las comunidades donde la Universidad tiene alta influencia, en las cuales las Madres Comunitarias ejercen su quehacer aprendiendo metodologías para mejorar el desarrollo cognitivo, socioafectivo, práctico, creativo y comunicativo de cada uno de los niños que cuidan.
El proyecto inició hace trece años luego de identificar que muchas Madres Comunitarias cuentan únicamente con su título de bachiller y, a pesar de tener mucho amor y la entrega necesaria para realizar su labor, desean aprender nuevas herramientas pedagógicas para mejorar su desempeño laboral.
En los talleres se han abordado temáticas como estrategias de lectoescritura, gimnasia cerebral, alimentación saludable, metodologías pedagógicas en el aula, salud oral, integración sensorial y aprendizaje infantil, entre otros, a los cuales también han aportado las facultades de Medicina, Odontología, Creación y Comunicación y Ciencias Jurídicas y Políticas.
Este ejercicio ha tenido tal acogida que la Universidad decidió brindar a 16 madres comunitarias la opción de profesionalizarse en el Programa de Licenciatura en Educación Infantil, otorgándoles una beca del 25 %. Cinco de ellas recibirán su diploma de licenciadas a finales del 2019.
“Vale la pena ayudarlas porque así impactamos positivamente a la sociedad. Este es un logro de la Universidad que se ve reflejado en la formación de las madres comunitarias, sin las cuales muchos niños y familias del país no tendrían las mismas oportunidades”, comenta Soledad Zamora, coordinadora de la iniciativa.
Estudiantes y futuros egresados robustecen de esta manera sus competencias, mientras fortalecen y establecen relaciones armónicas consigo mismos, con los demás y con el contexto que los rodea, contribuyendo a la cultura de la vida, su calidad y su sentido.