Ante los incendios que devastaron los Cerros Orientales, Bogotá se embarca en una compleja misión de restauración ecológica.
En las afueras de Bogotá, donde los Cerros Orientales se extienden como guardianes de la ciudad, la naturaleza ha sido testigo de una devastación sin precedentes. Los recientes incendios forestales han dejado a su paso un paisaje desolador, con cerca de 20 hectáreas de bosque reducidas a cenizas. La comunidad científica y las autoridades ambientales se encuentran ante un reto monumental: restaurar estos ecosistemas vitales, un proceso que podría tomar más de un siglo.
Desde la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) han enfatizado en la necesidad de realizar un plan que evalúe las condiciones del suelo y el ambiente antes de proceder con cualquier acción de reforestación, con el fin de garantizar la efectividad de los esfuerzos de restauración y evitar intervenciones perjudiciales.