Tener ciertos hábitos dinámicos cuando se pasan muchas horas en una silla es beneficioso para la espalda y tiene un efecto positivo en el suministro de oxígeno al cerebro.
1. Siéntate en su silla y patalea con entusiasmo hacia todos lados.
2. Al mismo tiempo, estira los brazos y las piernas.
3. Deslízate de un lado a otro del asiento.
4. Inclínate con la silla hacia delante y hacia atrás.
5. Balanceándose con la silla, intenta aliviar los dolores de espalda.
6. Intenta mantenerte erguido, pero no rígido.
Una buena silla permitirá ajustarse a la altura del asiento, el respaldo y los brazos.