En estos tiempos de amplias jornadas de estudio, trabajo y enseñanza en la universidad, bien sea presencial o virtualmente, realizar una pausa activa es un aspecto muy importante para la salud mental, física y emocional, así como para el bienestar. Tan solo 10 minutos por la mañana y 10 minutos por la tarde de dedicación, pueden traerte beneficios múltiples como: liberación y reducción del estrés, mejora en las posturas, estimulación de la circulación, fortalecimiento de la autoestima y la concentración, y un mejor desempeño académico o laboral, entre otros.
Por todo lo anterior, te ofrecemos PAUSAS A LA CARTA, una herramienta en la que podrás escoger ejercicios de tu preferencia cuando quieras y donde quieras, además de poder elegir la temática o la zona del cuerpo que desees activar.
Durante la práctica de este ejercicio se cargará de energía renovada. La sangre circula en la parte inferior de la espalda y se fortalecen la columna y el abdomen.
1. Siéntate relajadamente en una silla.
2. Deja descansar las manos en el regazo.
3. Tensa bien la musculatura del suelo pélvica y el vientre.
4. Expulsa de forma intensa y rápida 10 veces seguidas el aire de los pulmones y el estómago.
5. Deja que el aire vuelva automáticamente a los pulmones y el estómago, sin forzar la respiración.
6. Luego, relaja la musculatura del suelo pélvico y el vientre.
7. Haz una pequeña pausa y repite
La energía puede volver a fluir por partes del cuerpo antes muy tensas. Con este ejercicio, incluso podrás aliviar el dolor de cabeza.
1. Siéntate relajadamente en una silla con las manos sobre los muslos.
2. Pon la mano derecha sobre la parte izquierda superior de la cabeza.
3. Con una leve presión, inclina la cabeza hacia la derecha.
4. Al expulsar el aire, estira la mano izquierda al suelo.
5. Mantén unos instantes la posición y sigue respirando pausadamente.
6. Realiza el ejercicio con el otro lado.
7. Repítelo 3 veces con cada lado.
Por último, gira los hombros varias veces hacia
Este ejercicio reafirma la musculatura del vientre, tonifica las rodillas, las piernas y las caderas, y alivia los dolores de cuello y espalda.
1. Abre las piernas y gira el pie izquierdo ligeramente hacia fuera.
2. Pon los brazos en posición horizontal bien extendidos hacia los lados.
3. Inclínate hacia la izquierda y hacia abajo hasta que el pulgar y el índice de la mano izquierda toquen el tobillo.
4. Estira el brazo derecho hacia arriba.
5. La cabeza está vuelta hacia arriba y la mirada se dirige hacia la mano estirada.
6. Mantén la posición durante 5 respiraciones y luego realiza el
El pecho se expandirá y la respiración será más intensa. Te abrirás y te sentirás mucho más ligero y alegre.
1. Abre las piernas, estíralas y ponte de puntillas.
2. Al mismo tiempo, estira los brazos lateralmente en forma de “V”.
3. Las palmas de las manos miran hacia arriba.
4. Tensa los músculos del vientre.
5. Siente la tensión de tu cuerpo.
6. Respira profundamente, sonríe y crece -hasta el cielo-.
7. Disfruta de la levedad del ser.
Balancéate sobre la punta de los pies, no solo para mejorar el ánimo sino también para entrenar los músculos de las piernas, las abdominales y los glúteos
Libérate de la frustración y el estrés entrenando la musculatura de las piernas y la estabilidad corporal.
1. Apoya el peso del torso en el lado izquierdo e inclínate hacia ese lado.
2. Da patadas con el pie derecho hacia el mismo lado.
3. No es necesario que subas mucho la pierna.
4. Procura no estirar la pierna del todo.
5. Al mismo tiempo, desplaza con energía el codo derecho flexionado hacia la derecha.
6. Apoya la mano izquierda en la cadera y da varias patadas seguidas.
7. Cambia de lado.
Si al realizar este ejercicio das patadas contra un objeto no demasiado duro, eliminarás mejor
Además de la espalda, con este ejercicio también se fortalecerá el vientre, las piernas, los glúteos y los brazos.
1. Abre las piernas a la anchura de las caderas.
2. Flexiona las piernas despacio.
3. Al mismo tiempo, extiende los brazos hacia delante a la altura de los hombros.
4. Mantén la posición un instante. Las palmas de las manos deben mirar hacia adentro.
5. Vuelve a estirar las piernas y baja los brazos.
6. Repite el ejercicio 10 veces.
Cuanto más intensa sea la tensión que ejerza en los brazos, más estabilizarás tu espalda.
Podrás absorber y aprovechar la energía de la tierra con la ayuda de tu imaginación. La sangre circulará por tu cuerpo y te calentará.
1. Separa los pies ligeramente.
2. Abre bien los brazos hacia los lados y hacia abajo, con los dedos de las manos apuntando al suelo.
3. Cierra los ojos.
4. Siente cómo la fuerza de la tierra traspasa las plantas de los pies y las palmas de las manos y se reparte por tu cuerpo.
5. Imagínate que eres un árbol que absorbe la energía de la tierra.
Al practicar este ejercicio, imagina que tus pies echan profundas raíces en la tierra.
Las caricias tienen un efecto relajante y alivian el dolor. Con la práctica de este ejercicio sentirás más seguridad y confianza en ti mismo.
1. Puedes realizar este ejercicio de pie o sentado.
2. Pon la mano derecha sobre el pecho izquierdo.
3. El brazo izquierdo debe colgar relajado al lado del cuerpo.
4. Siente cómo el calor de la mano fluye hasta tu corazón y se reparte por todos los órganos internos.
5. Mantén un momento la posición.
6. Realiza el ejercicio con la otra mano.
Si una parte de su cuerpo está tensa o dolorida, pídele a alguien en quien confíes que le coloque la mano
Relax inmediato para el cuello: con este ejecicio repirarás mejor, te sentirás más fresco y podrás volver a pensar con claridad.
1.Siéntate con la espalda recta, la cabeza erguida y la mirada al frente.
2. Respira profundamente.
3. Al expulsar el aire, gira la cabeza todo lo que puedas hacia un lado.
4. Mantén la posición mientras respiras varias veces.
5. Relájate y vuelve a la posición inicial.
6. Luego, realiza el ejercicio hacia el otro lado.
7. Repítelo tres veces para cada lado.
Empieza poco a poco y de forma suave con este ejercicio. Gira la cabeza solo hasta donde no te resulte
Este ejercicio ayuda a intensificar la respiración, fortalece la espalda y en general el torso. Al respirar profundamente se combate el estrés.
1. Siéntate de forma erguida y oprime las palmas de las manos una contra otra delante del pecho.
2. Estira lo máximo posible los brazos hacia arriba y respira profundamente.
3. Mantén la tensión unos segundos. La cabeza debe permanecer recta.
4. Activa la musculatura del vientre para evitar curvar la espalda.
5. Baja los brazos hasta la altura del pecho.
6. Repite el ejercicio 3 veces.
Al finalizar el ejercicio, sacude ligeramente los brazos para
Este ejercicio te ayudará a estar más activo y a sentirte en plena forma.
1. Ponte de pie y respira relajadamente.
2. Junta los dorsos de las manos delante del vientre.
3. Las puntas de los dedos deben apuntar hacia el ombligo.
4. Abre las piernas ligeramente
5. Levanta las manos por delante del cuerpo hasta estirarte del todo. En la posición final, las manos solo se rozan lateralmente.
6. Al bajarlas, los dorsos de las manos vuelven a unirse.
7. Repite el ejercicio de forma dinámica 10 veces.
Si se repite varias veces al día, este ejercicio estimulará el equilibrio interior y la
Esta es la mejor cura rápida para la espalda. Con este ejercicio reforzará las vértebras y la musculatura de la espalda y prevendrá problemas de columna.
1. Ponte de pie contra la pared.
2. Abre las piernas a la anchura de las caderas y deslízate hasta quedar de cuclillas.
3. Aprieta los hombros con fuerza contra la pared y desplaza el esternón hacia delante.
4. Presiona la zona lumbar hacia atrás. La columna debe estar bien apoyada en la pared.
5. Apoya las manos en los muslos y sigue descendiendo.
6. Deja caer la cabeza hacia delante.
7. Curva la espalda y relaja el cuello.
Baja en la
Con este ejercicio los brazos adquirirán firmeza, lo que te proporcionará una agradable sensación de fortaleza.
1. Siéntate en una silla que no se desplace por el suelo (si tiene ruedas, que esté frenada).
2. Apoya las manos en los lados del asiento.
3. Pon los pies paralelos en el suelo.
4. Levanta la pelvis y desplázate hacia delante.
5. Mantén la posición unos instantes y baja lentamente la pelvis.
6. Repite el ejercicio 10 veces.
En caso necesario, baje la pelvis de vez en cuando o haz pausas a menudo. Procura tensar los músculos del vientre.
Si te sientes agotado, con este ejercicio podrás reponer fuerzas, ya que se logra optimizar la absorción de oxígeno y proporcionar al cuerpo energía renovada.
1. Siéntate con la espalda recta.
2. Apoya las manos sobre los muslos.
3. Flexiona los brazos lateralmente con las manos y los dedos hacia arriba.
4. Estira los brazos hacia atrás para abrir bien el tórax.
5. Respira profundamente en esta posición durante unos 10 segundos.
Si tu columna vertebral no es muy elástica, no fuerces excesivamente los brazos hacia atrás.
Este ejercicio resulta óptimo para reavivar las reservas de energía y estimular su flujo interno.
1. Pónte de pie con las piernas abiertas.
2. Cruza los brazos delante del pecho con las palmas de las manos hacia afuera.
3. Estira los brazos hacia arriba en forma de “V”.
4. Al hacerlo, cruza la pierna izquierda por delante de la derecha.
5. Regresa a la posición inicial.
6. Vuelva a estirar los brazos.
7. Esta vez, cruza la pierna derecha por delante de la izquierda.
8. Repite el ejercicio 10 veces.
Disfruta conscientemente del sentimiento creciente de liviandad que irás sintiendo a medida
Este ejercicio relaja los ojos, el nacimiento de la nariz y la frente, e incluso puede eliminar dolores de cabeza leves.
1. Pon los dedos índice y medio de una mano sobre la frente y cierre los ojos.
2. Oprime con concentración la región del -tercer ojo- durante 10 segundos.
3. Luego, cesa por un instante la presión sobre los dos puntos.
4. Vuelve a oprimir la zona durante 10 segundos.
5. De nuevo, cesa la presión en la zona y oprímela otra vez 10 segundos.
Compra en una tienda asiática de palillitos bambú para realizar masajes faciales. La presión sobre los puntos de energía que harías
Este ejercicio fortalece la musculatura del torso, los hombros y los extensores de los brazos. Además, acaba en un santiamén con el mal humor.
1. Apoya las manos en el canto de la mesa.
2. Pon las piernas hacia atrás y estíralas.
3. Apoya sobre las puntas de los pies.
4. La espalda debe permanecer recta.
5. Baja despacio el torso hasta la mesa.
6. Al expulsar el aire, vuelve a subir con fuerza.
7. Repite el ejercicio 10 veces y haz una pequeña pausa.
8. Si te es posible, haz una segunda ronda.
Atención, principiantes: no es conveniente poner las piernas demasiado hacia atrás.
Este ejercicio refuerza los músculos flexores de los brazos, además de fortalecer las manos y mejorar su circulación.
1. Pon las palmas de las manos bajo la mesa.
2. Los antebrazos y los brazos deben formar en lo posible un ángulo recto.
3. Presiona las manos unos 20 segundos contra la mesa.
4. Luego, relaja la presión.
5. Repite el ejercicio 3 veces con breves pausas.
6. Al expulsar el aire, vuelve a subir con fuerza.
7. Por último, agita bien los brazos y las manos.
Si desea aumentar la intensidad del ejercicio, carga la mesa con peso. Simplemente, pon encima un montón de archivadores.
Este ejercicio de relajación estimulará la fantasía y ayudará a obtener una extraordinaria paz interior y claridad espiritual.
1. Cierra los ojos y comienza un viaje de fantasía.
2. En tu imaginación cruza un bello paisaje.
3. En él te encontrarás ante un lago de aguas cristalinas.
4. Sumérgete en el lago y purifícate en sus refrescantes aguas.
5. Tu cuerpo flotará liviano.
6. Al expulsar el aire, vuelve a subir con fuerza.
7. Así repondrás energía y disfrutarás de una refrescante y liviana sensación.
Intenta permanecer despierto en tu interior en lugar de adormecerte. Así aprovecharás de
Tener ciertos hábitos dinámicos cuando se pasan muchas horas en una silla es beneficioso para la espalda y tiene un efecto positivo en el suministro de oxígeno al cerebro.
1. Siéntate en su silla y patalea con entusiasmo hacia todos lados.
2. Al mismo tiempo, estira los brazos y las piernas.
3. Deslízate de un lado a otro del asiento.
4. Inclínate con la silla hacia delante y hacia atrás.
5. Balanceándose con la silla, intenta aliviar los dolores de espalda.
6. Intenta mantenerte erguido, pero no rígido.
Una buena silla permitirá ajustarse a la altura del asiento, el respaldo y los brazos
Gracias a este ejercicio la energía volverá a fluir por el cuello, ahora no tan tenso, y podrás pensar con mayor claridad.
1. Siéntate en una silla con la espalda recta.
2. Pon la mano sobre la parte del cuello donde se concentra la tensión.
3. Deja que fluya el calor de las manos a la zona dolorida.
4. Potencia el efecto oprimiendo el cuello suavemente.
5. Si lo deseas, también puedes masajear la zona suavemente. Para ello, ayúdate de instrumentos como un rollo de masajes.
6. Respira profundamente y disfruta la relajación.
Las compresas calientes o frías pueden aliviar los dolores de
Este ejercicio es una terapia eficaz para aliviar el dolor de cuerpo, mente y alma.
1. Imagínate que un rayo de luz le proporciona energía renovada.
2. La luz penetra en tu cuerpo a través de la cabeza y alivia dolores, cansancio y tensiones.
3. Recarga así la energía de tus órganos internos.
4. Reparte el calor especialmente entre las zonas doloridas hasta lo más profundo de las células.
5. Siente cómo se calientan las zonas doloridas.
6. Disfruta de esta profunda calma.
Presta atención a las señales que emite tu cuerpo. Dirige tu atención especialmente a las zonas doloridas o bloqueada.
Este ejercicio permitirá mejorar la confianza en nosotros mismos y fomentar un espíritu despierto. El pecho se expande y mejora la absorción de oxígeno por los pulmones.
1. Pónte en posición erguida y cruza los puños sobre el pecho.
2. Luego estira bien los brazos hacia arriba.
3. Al hacerlo, da un paso hacia atrás.
4. Los dedos de las manos deben apuntar hacia arriba.
5. Imagínate que es un capullo que se abre con todo su esplendor.
6. Disfruta de esta profunda calma.
7. Repite el ejercicio 3 veces.
La idea de absorber energía como un capullo potencia el efecto del ejercicio y proporciona
Con este ejercicio la energía de la tierra ascenderá desde el suelo por los pies y se extenderá por todas las células del organismo, lo que le proporcionará fortaleza emocional.
1. En posición de pie, inclina la cabeza hacia atrás, relajada sobre la nuca. Dirige la mirada hacia arriba o lejos.
2. Abre las piernas lateralmente. (Los pies deben quedar a unos 50 cm de distancia uno del otro).
3. Deja colgar tus brazos, luego estírate un poco hacia atrás y extiende las manos.
4. Imagínate que la energía de la tierra asciende por las plantas de los pies y es absorbida por las palmas de las manos.
Tras practicar este ejercicio, por tu cuerpo fluirá un agradable calor, el centro de tu organismo quedará reforzado y se eliminarán bloqueos de energía.
1. Pónte de pie, erguido y relajado.
2. Levanta los brazos y toca las yemas de los dedos de ambas manos delante del vientre.
3. Imagina que sujeta una bola de energía entre las manos.
4. Absorbe mentalmente tu energía en el centro de tu cuerpo.
5. Desde allí, reparte la energía por todo el cuerpo.
En tu fantasía, bañe la bola de luz roja. Cuanto más profundo sea el color rojo, más intenso será el calor que sienta tu organismo
Tras practicar este ejercicio, el cansancio desaparece y las arruguitas de los ojos se estiran; la piel luce más tersa y el rostro tiene un aspecto más relajado.
1. Coloca la yema de ambos dedos medios a los lados de la nariz y bajo los ojos, sobre los pómulos.
2. Oprime con suavidad los puntos de energía durante 3 segundos un total de 5 veces seguidas.
3. Luego, junta un poco las yemas de los dedos y vuelve a presionar otras 5 veces.
4. Mueve los dedos lateralmente hacia las sienes.
5. Oprime también 3 segundos los puntos de energía que en ellas se encuentran.
Cuando tengas dolor de
Este ejercicio eurítmico desata bloque físicos y psíquicos, revitaliza y proporciona alegría de vivir.
1. Pónte de pie en posición recta.
2. Cruza los puños sobre el pecho.
3. Disfruta de un instante de recogimiento.
4. Estira con fuerza los brazos hacia abajo y hacia atrás al tiempo que extiende las manos y los dedos.
5. Imagínate que al hacerlo te deshaces de un pesado lastre.
6. Lentamente, vuelve a poner los brazos delante del pecho.
7. Repite el ejercicio 7 veces.
Prueba la variante -fuera la furia-. Durante el ejercicio, patalea con fuerza contra el suelo y libérate del mal humor
Este ejercicio hará sentir la fuerza de la vida y aumentará la capacidad de concentración. La espalda y los hombros se descargan y se refuerza la musculatura de las piernas.
1. Flexiona ligeramente las rodillas e inclina el torso hacia delante desde las caderas.
2. Apoya los codos en las rodillas.
3. Inclina la cabeza hacia delante y déjala caer sobre los antebrazos.
4. Cierra los ojos y concéntrate en la unión entre cabeza, brazos, torso y piernas.
5. Siente la fuerza y la energía de la concentración y la focalización.
Sigue respirando con regularidad durante el ejercicio y mantén el
Este ejercicio ayudará a tranquilizar el cuerpo y el espíritu. El equilibrio y la paz interiores permitirán ordenar pensamientos y emociones.
1. Siéntate cómodamente.
2. Cierra los ojos y mira en tu interior.
3. Respira consciente y profundamente con el estómago.
4. Es importante mantener recta la columna vertebral.
5. Sigue un ritmo constante de respiración profunda y suave.
6. Al inspirar cuenta hasta 7 y mantén un momento la respiración.
7. Luego, al espirar, vuelve a contar hasta 7.
¿Nervioso, estresado, tenso? Podrás controlar todos esos estados de ánimo mediante una respiración
Este ejercicio tiene un efecto isométrico ya que alterna la tensión y la relajación. La espalda se descarga y se fortalece.
1. Siéntate derecho delante de tu escritorio.
2. Apoya sobre la mesa los codos separados a la anchura de los hombros.
3. Cierra los puños y haz fuerza con los codos contra la mesa.
4. Mantén la posición unos 10 segundos.
5. Procura respirar de forma constante y calmada.
6. LLuego, relájate y repite el ejercicio 10 veces.
¿Sientes dolor al apretar los codos? Si te hace falta, apóyate en algo blando (por ejemplo, una alfombrilla de ratón o una chaqueta).
Tras realizar este ejercicio sentirás tranquilidad, relajación y se percibirá la armonía y el equilibrio interior.
1. Siéntate relajado en una silla.
2. Nota conscientemente la respiración en el centro de tu cuerpo.
3. Encuentra el equilibrio interior deshaciéndote mentalmente del estrés.
4. Desecha los pensamientos negativos y déjate llevar unos momentos por tus sueños.
5. Siente la actitud positiva y la fuerza de la serenidad.
Mantén una actitud positiva: concentra tus sentimientos y pensamientos negativos en una nube que se vaya deshaciendo poco a poco en el cielo azul.
Con este ejercicio se alisan las arrugas de la frente, y se elimina la sensación de presión sobre los ojos y la tensión de la barbilla y las mandíbulas.
1. Pon el dedo índice y medio de una mano suavemente sobre la barbilla.
2. Con los tres dedos medios de la otra mano, tócate la frente.
3. El dedo medio debe quedar justo sobre el llamado “tercer ojo”, que según la concepción del lejano oriente se identifica con la “puerta a la paz interior” y una clara percepción.
4. Cierra los ojos.
5. Oprime suavemente con intensidad creciente 5 veces durante 3 segundos ambos “puntos de energía”, en la