La comunicación es un ejercicio en el que creamos sentido y lo compartimos, es decir, la comunicación es lo que nos permite vivir en sociedad y comunidad, pues es innata a nuestra condición humana, y por lo mismo, indispensable.
Desde la perspectiva de la Comunicación Organizacional, esta materializa la cultura de cualquier organización y cumple efectos múltiples tanto para la comunidad que conforma tal organización, como para la comunidad a la que la organización apela; refiriéndonos a la llamada comunicación interna y comunicación externa, respectivamente.
Podría decirse que la función principal de la comunicación organizacional interna es cohesionar una comunidad; trazar objetivos, sistemas simbólicos, creencias y propósitos que mantienen reunidas a las personas que la conforman. Por eso, cuando esta falla, empiezan a revelarse rupturas evidentes en este grupo humano, llámese empresa, organización sin ánimo de lucro, colectivo o cualquier otro que este sea. Por su parte, la comunicación externa, se presenta como el vehículo a través del cual la organización se conecta con la sociedad, es decir, gracias a la comunicación organizacional externa, cualquier comunidad se muestra como un sistema humano con cierta finalidad de servicio ante la sociedad.
De igual forma sucede con los medios de conexión por los que se transmite dicha comunicación a las audiencias (canales), pues estos dependen de la naturaleza de consumo informativo a las que estén habituados los públicos de la organización, así que es necesario comprender la cultura de la audiencia para determinar los medios o canales por los cuales se emitirán los mensajes.
Aunque no exista una regla estipulada para manejar las comunicaciones organizacionales, si existen una serie de prácticas a las que se puede acudir en estos tiempos, para mejorar la comunicación de las empresas:
- Realizar diagnósticos, cada tanto, de la cultura de la organización para entender prioridades, valores, símbolos, códigos, modos de comunicarse, sentidos, prioridades, etc. Es decir: entender a las personas que la conforman.
- Nunca olvidar que la cultura es una construcción móvil, que, como todo, cambia permanentemente. Por eso mismo los modos de comunicarle a la comunidad, deben tener el mismo ritmo o naturaleza de cambio y transformación.
- Construir contenidos comunicativos coherentes con tal cultura.
- Definir los propósitos comunicativos de cada uno de los contenidos e intenciones sobre la audiencia, es decir, preguntarse en todo momento: ¿cómo quisiera que reaccionara mi audiencia?
- Elegir medios o canales pertinentes, teniendo en cuenta los hábitos de consumo de la información que tiene la audiencia.
- Comunicar y medir las reacciones del público, verificar si se está logrando el propósito trazado y de no ser así: actuar con asertividad, cambiando tanto los contenidos comunicativos (en términos de lenguaje y símbolos usados), como los medios elegidos para su difusión.
- Ser empático y no subestimar al público al cual se le habla.