¡El Bosque, 48 años de raíces firmes y evolución constante!

Hay historias que nacen de un sueño y se convierten, con el tiempo, en una realidad que transforma miles de vidas. Hace 48 años, un grupo de 24 médicos soñó con un espacio en el que pudieran formar profesionales comprometidos con la salud, la ciencia y el ser humano. Así nació, en 1977, la Escuela Colombiana de Medicina, que años más tarde se convertiría en la Universidad El Bosque. 

El primer capítulo de esta historia se escribió en una casa de adobe con techo de paja, conocida como El Rancho. Allí, en febrero de 1979, comenzaron las clases con los primeros 60 estudiantes de Medicina. No había grandes edificios ni laboratorios sofisticados, pero sí una fuerza y convicción profunda de que educar era también una manera de servir. Desde ese día, nuestra Universidad ha sido hogar de ideas, de vocaciones, de encuentros que cambian destinos. 

Con los años llegaron nuevos programas, nuevos espacios, nuevas personas. Psicología, Odontología, Enfermería, Ingeniería Electrónica… cada nueva facultad trajo consigo otros lenguajes para cuidar, investigar, crear y transformar. Nos abrimos al arte, al derecho, a la comunicación, a las ciencias ambientales. Dejamos de ser una escuela para convertirnos en una universidad interdisciplinaria, que crece sin olvidar de dónde viene. 

Nos transformamos con el mismo corazón que nos dio origen y en 1997 nos convertimos en universidad, con el firme compromiso de seguir formando personas integrales, conscientes de su entorno, empáticas con la realidad social, científica y cultural del país. Hoy, 48 años después, nos llena de orgullo decir que seguimos siendo una Universidad que piensa en la vida en todas sus formas y expresiones; que promueve el conocimiento con sentido ético y humano; que investiga, innova y forma con excelencia; que pone a la salud, la sostenibilidad, el bienestar y la dignidad humana en el centro de su misión. 

Pero más allá de los logros, lo que ha dado forma a este camino es quienes lo han recorrido. Estudiantes que sueñan en grande, docentes que inspiran, administrativos que sostienen con compromiso, graduados que llevan el espíritu de este Bosque más allá de nuestras fronteras. Son ellos, somos todos, quienes hemos nutrido nuestras raíces y hecho posible una evolución constante y con sentido. 

Hoy celebramos con emoción estos 48 años y, al hacerlo, también proyectamos el futuro. Porque este es apenas el inicio del camino hacia nuestro gran momento dorado, nuestros primeros 50 años. En estos tres años que vienen queremos seguir recordando de dónde venimos, reconocer lo que somos y avanzar hacia lo que soñamos.  

Celebramos 48 años caminando juntos y lo hacemos con gratitud, con orgullo, pero sobre todo con visión. Porque nuestra raíz sigue viva y nuestra evolución, ese camino que recorremos como comunidad, aún tiene mucho por avanzar.