Con este ejercicio los brazos adquirirán firmeza, lo que te proporcionará una agradable sensación de fortaleza.
1. Siéntate en una silla que no se desplace por el suelo (si tiene ruedas, que esté frenada).
2. Apoya las manos en los lados del asiento.
3. Pon los pies paralelos en el suelo.
4. Levanta la pelvis y desplázate hacia delante.
5. Mantén la posición unos instantes y baja lentamente la pelvis.
6. Repite el ejercicio 10 veces.
Si te sientes agotado, con este ejercicio podrás reponer fuerzas, ya que se logra optimizar la absorción de oxígeno y proporcionar al cuerpo energía renovada.
1. Siéntate con la espalda recta.
2. Apoya las manos sobre los muslos.
3. Flexiona los brazos lateralmente con las manos y los dedos hacia arriba.
4. Estira los brazos hacia atrás para abrir bien el tórax.
5. Respira profundamente en esta posición durante unos 10 segundos.
Este ejercicio resulta óptimo para reavivar las reservas de energía y estimular su flujo interno.
Este ejercicio relaja los ojos, el nacimiento de la nariz y la frente, e incluso puede eliminar dolores de cabeza leves.
1. Pon los dedos índice y medio de una mano sobre la frente y cierre los ojos.
2. Oprime con concentración la región del -tercer ojo- durante 10 segundos.
3. Luego, cesa por un instante la presión sobre los dos puntos.
4. Vuelve a oprimir la zona durante 10 segundos.
5. De nuevo, cesa la presión en la zona y oprímela otra vez 10 segundos.
Este ejercicio fortalece la musculatura del torso, los hombros y los extensores de los brazos. Además, acaba en un santiamén con el mal humor.
Este ejercicio refuerza los músculos flexores de los brazos, además de fortalecer las manos y mejorar su circulación.
Este ejercicio de relajación estimulará la fantasía y ayudará a obtener una extraordinaria paz interior y claridad espiritual.
Tener ciertos hábitos dinámicos cuando se pasan muchas horas en una silla es beneficioso para la espalda y tiene un efecto positivo en el suministro de oxígeno al cerebro.
Gracias a este ejercicio la energía volverá a fluir por el cuello, ahora no tan tenso, y podrás pensar con mayor claridad.
Este ejercicio es una terapia eficaz para aliviar el dolor de cuerpo, mente y alma.