Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza y no hay quien pueda decir lo contrario. Prueba de esto fue cómo nos vimos afectados cuando, por cuenta del coronavirus, tuvimos que permanecer encerrados durante semanas, o algunos inclusos meses, y lo que esto significó para nuestras vidas. Para muchos de nosotros fue un hecho que afectó nuestra salud mental.
Esto tuvo sus implicaciones a nivel personal, por puesto, pero también a una escala social y mucho más grandes de lo que imaginas. No por nada, ahora, que estamos volviendo a la “normalidad”, estamos siendo testigos de un ambiente general de agresividad, explosión de emociones y acciones que podrían considerarse raras o poco racionales en nuestras comunidades.
La salud mental en la comunidad
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es “un estado de bienestar en el que cada individuo se da cuenta de su propio potencial, puede hacer frente al estrés normal de la vida, poder trabajar de manera productiva y fructífera y estar en capacidad de hacer una contribución a su comunidad”.
Cuando no se goza de una buena salud mental, es muy difícil ser una persona productiva que aporta a la sociedad. Y cuando son muchas las personas que sufren de algún tipo de trastorno o condición que les imposibilita contribuir a sus comunidades, esto se convierte en una problemática social, ya que la salud mental y el bienestar son muy importantes para mejorar la capacidad de las personas para pensar, creer, emocionarse e interactuar entre sí para llevar una vida armoniosa y saludable.
De allí que brindar atención preventiva y políticas públicas que garanticen la salud mental comunitaria sea tan relevante. Esto generalmente incluye la provisión de apoyo en caso de crisis, opciones y garantías de vivienda protegida y manejo de los trastornos para abordar las múltiples necesidades de las personas y comunidades.
Salud mental comunitaria en Colombia
Lamentablemente, la brecha que existe entre la formulación de políticas públicas que garantizan el acceso a tratamientos y servicios de calidad, la aplicación de estas es muy amplia en nuestro país, sobre todo, porque todavía hay quienes entienden la atención en salud a partir de la enfermedad y no como prevención de la misma.
Socialmente, todavía existen muchos tabúes y estigmas culturales y sociales alrededor de la salud mental y la necesidad de recibir atención o tratamiento para garantizar su estado y todo esto ha hecho que los programas de salud pública no siempre tengan el impacto esperado, a lo que se suma también la falta de recursos económicos, los vacíos en la legislación y la ausencia de centros comunitarios de atención, sobre todo, en el sector rural.
¿Cómo aportar como profesional a la salud mental comunitaria?
Como individuo puedes priorizar y resaltar la importancia de las relaciones personales, familiares e institucionales de todos aquellos que vivimos en un mismo territorio, como lo es nuestro país, para así favorecer la salud mental y dificultar la aparición del sufrimiento psíquico personal y colectivo.
También puedes estudiar y prepararte para impactar en las políticas públicas y la prevención sobre salud mental. ¿Cómo? Un ejemplo sería formando parte de la Maestría en Salud Mental Comunitaria, cuya visión integral de la salud te brindará los conocimientos profesionales para que estés en capacidad de liderar políticas, planes, programas, proyectos e investigaciones multidisciplinarias orientadas a mejorar las condiciones de salud mental de la población y por ende su calidad de vida.
En este programa de posgrado, serás formado con compromiso social, visión interdisciplinar e intersectorial que posibilita su desempeño en instituciones de educación superior, instituciones del sistema general de seguridad social en salud, centros de investigación y agencias nacionales e internacionales que orientan sus esfuerzos a la garantía de los derechos de individuos y comunidades.
Como explica el Ministerio de Salud Colombiano, “la salud mental es una construcción social que puede variar de un contexto a otro, dependiendo de los criterios de salud y enfermedad, normalidad y anormalidad establecidos en cada grupo social (que puede ser tan extenso como una nación o tan reducido como una familia), lo cual influirá directamente en la forma de sentirse sano o enfermo de las personas pertenecientes a un determinado grupo”, por lo que tu rol como ciudadano y como profesional es esencial en este campo.
Descarga el Manual para Formación en Salud Mental: componente comunitario, del Ministerio de Salud Nacional, aquí.