Este ejercicio fortalece la musculatura del torso, los hombros y los extensores de los brazos. Además, acaba en un santiamén con el mal humor.
Este ejercicio refuerza los músculos flexores de los brazos, además de fortalecer las manos y mejorar su circulación.
Este ejercicio de relajación estimulará la fantasía y ayudará a obtener una extraordinaria paz interior y claridad espiritual.
Tener ciertos hábitos dinámicos cuando se pasan muchas horas en una silla es beneficioso para la espalda y tiene un efecto positivo en el suministro de oxígeno al cerebro.
Gracias a este ejercicio la energía volverá a fluir por el cuello, ahora no tan tenso, y podrás pensar con mayor claridad.
Este ejercicio es una terapia eficaz para aliviar el dolor de cuerpo, mente y alma.
Este ejercicio permitirá mejorar la confianza en nosotros mismos y fomentar un espíritu despierto. El pecho se expande y mejora la absorción de oxígeno por los pulmones.
Con este ejercicio la energía de la tierra ascenderá desde el suelo por los pies y se extenderá por todas las células del organismo, lo que le proporcionará fortaleza emocional.
Tras practicar este ejercicio, por tu cuerpo fluirá un agradable calor, el centro de tu organismo quedará reforzado y se eliminarán bloqueos de energía.
1. Pónte de pie, erguido y relajado.
2. Levanta los brazos y toca las yemas de los dedos de ambas manos delante del vientre.
3. Imagina que sujeta una bola de energía entre las manos.
4. Absorbe mentalmente tu energía en el centro de tu cuerpo.
5. Desde allí, reparte la energía por todo el cuerpo.
Tras practicar este ejercicio, el cansancio desaparece y las arruguitas de los ojos se estiran; la piel luce más tersa y el rostro tiene un aspecto más relajado.