Superar la idea del envejecimiento como una carga

Del 4 al 6 de junio, la Universidad El Bosque será sede del IV Congreso Internacional “Todos los Saberes”, que organizamos junto a la Pontifica Universidad Javeriana y la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Este encuentro reunirá voces expertas para reflexionar sobre salud, medioambiente, ciudadanía, tecnologías emergentes y educación desde el pensamiento complejo y las ciencias de la complejidad.

En ese marco, el doctor Camilo José González-Martínez —profesor del Doctorado en Salud Pública y editor académico del libro “Envejecimiento y Salud Pública”— presentará la conferencia Ecoenvejecimiento, una propuesta que invita a repensar la vejez desde una mirada crítica, integradora y profundamente humana. A continuación, una conversación que desafía prejuicios y abre caminos: ¿y si envejecer fuera también una forma de transformación?

Colombia atraviesa una transición demográfica: menos nacimientos, más envejecimiento. ¿Qué desafíos concretos plantea esto para la salud pública hoy?

Colombia, América Latina y el mundo atraviesan una transición demográfica significativa: cada vez hay más personas adultas mayores y menos nacimientos. Aunque esto a veces se presenta como algo negativo, también refleja avances importantes en calidad de vida y esperanza de vida.

Este cambio impone retos concretos para la salud pública. En 2020, por primera vez, el número de personas mayores de 60 años superó al de niños menores de cinco. Para 2050, se proyecta que la población mayor de 80 años se triplicará. Esto aumentará los casos de enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares o demencia. Hoy, una persona mayor de 65 años convive, en promedio, con al menos una condición crónica. Este panorama exige fortalecer tanto el sistema de salud como las políticas de protección social.

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¿Qué implica esto más allá de la epidemiología?

El desafío, desde la salud pública, no es solo epidemiológico: también es social y filosófico. Nos han hecho ver a las personas por su capacidad productiva, y el adulto mayor queda excluido de esa medida. Por eso debemos asumir un reto conceptual: dejar de ver el envejecimiento como una carga y entender que es una oportunidad. Con las herramientas filosóficas y conceptuales adecuadas, podemos cambiar la forma en que nos relacionamos con esta etapa de la vida y aprender mucho más como sociedad.

¿Qué significa exactamente el enfoque de ecoenvejecimiento y cómo se conecta con nuestra realidad?

Ecoenvejecimiento es una propuesta para abordar el fenómeno del envejecimiento desde una perspectiva integradora. Existen múltiples enfoques teóricos y científicos que permiten entender este proceso desde lo operativo, lo financiero o lo clínico. Conceptos como eco-aging o exposomal aging, por ejemplo, relacionan el entorno ambiental con las enfermedades en adultos mayores. Ecoenvejecimiento, vincula las disciplinas científicas y las complementa con la oportunidad de la transdisciplinariedad, es decir de vincular los saberes y tradiciones de nuestros pueblos. 

¿Qué papel juega la diversidad cultural en esta visión?

Los aportes científicos son valiosos y necesarios. Sin embargo, desde una mirada transdisciplinar, comprendemos que se quedan cortos si no consideramos la diversidad cultural y epistémica de un país como Colombia. Nuestra riqueza pluricultural nos exige escuchar a las comunidades, reconocer sus saberes y abrirnos a otras formas de entender la vejez.

Ecoenvejecimiento alude tanto a la ecología de saberes como a la relación con el medio ambiente. Retoma conceptos ancestrales de pueblos originarios, como el "buen vivir" del Aymara o el "Ïe cho" del pueblo Muisca, que se refiere al buen camino y a la conexión con la naturaleza. 

¿Por qué proponer un enfoque integrador?

Esta propuesta busca romper con la fragmentación del conocimiento. Desde las epistemologías del sur, el envejecimiento se entiende como una etapa de sabiduría y transmisión de conocimiento. Es necesario superar el “edadismo” y dejar de ver a los adultos mayores solo desde la pérdida o la dependencia. Todos estamos llamados a aportar en ese proceso, no solo porque todos vamos hacia allá, se lo debemos a nuestros mayores.

¿Cómo ayuda el pensamiento complejo a repensar el envejecimiento en Colombia?

El pensamiento complejo, desarrollado por Edgar Morin, parte de una premisa clara: el conocimiento está fragmentado y necesitamos herramientas para integrarlo. Una de sus respuestas más significativas es la transdisciplinariedad, que nos sitúa en el contexto de las diversidades.

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¿Qué ventajas ofrece frente a los problemas estructurales del país?

En Colombia persisten problemas estructurales como el acceso a la salud, los sistemas de cuidado y las pensiones. A esto se suma un panorama de reformas inciertas, sin una hoja de ruta clara. Ante este contexto, el pensamiento complejo y las nuevas epistemologías ofrecen herramientas para comprender estos fenómenos de manera más integral. Al reconocer que no existe una sola realidad, sino múltiples realidades que coexisten, es posible mirar el envejecimiento desde nuevas perspectivas. Ese enfoque plural permite identificar puntos clave que antes pasaban desapercibidos y, con ello, abrir caminos tanto académicos como operativos para abordar los desafíos del envejecimiento en Colombia y en Suramérica.

¿Qué enseñanzas ofrecen los pueblos andinos sobre el envejecimiento?

Los pueblos andinos, diversos y resilientes, nos enseñan que el envejecimiento puede entenderse más allá de la perspectiva biomédica. Su resistencia cultural ha preservado formas de ver la vida en las que la vejez se asocia con sabiduría, equilibrio y conexión con la naturaleza.

Desde el Doctorado y la Maestría en Salud Pública de nuestra Facultad de Medicina, hemos trabajado para relacionarnos con estos saberes mediante procesos de etnobotánica y talleres con comunidades entre ellas: Muiscas de Pachavita (Boyacá), Arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, comunidades Afro del Pacífico y Ticunas del Trapecio Amazónico.

Estas experiencias han permitido enriquecer nuestra visión académica y científica con herramientas propias de las comunidades, abriendo nuevas rutas de diálogo entre la ciencia y los saberes ancestrales para resignificar la vejez como un proceso valioso y colectivo.

¿Por qué es importante “mirar hacia dentro”?

Estamos acostumbrados a mirar hacia afuera —a la ciencia occidental, al yoga, al budismo— y eso tiene valor. Pero también necesitamos mirar hacia dentro: volver a lo que somos, a nuestras raíces. En Colombia, con su diversidad de lenguas y cosmovisiones, esa mirada interna puede ofrecernos respuestas profundas. Desde los pueblos originarios aprendemos que la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino equilibrio con el entorno, armonía espiritual y conexión con la naturaleza. Integrar esta perspectiva desde la transdisciplinariedad no solo enriquece nuestro conocimiento, sino que transforma la manera en que entendemos y vivimos el envejecimiento.

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Desde lo institucional, la academia también tiene un rol fundamental para promover este cambio de perspectiva. ¿Qué papel deben asumir las universidades y profesionales en salud frente a este enfoque?

Desde la academia, tenemos la responsabilidad de integrar saberes, generar conocimiento útil y aportar herramientas que orienten la toma de decisiones. La salud pública necesita renovar sus enfoques. Más allá de la epidemiología tradicional, las universidades deben abrirse a nuevas formas de entender los fenómenos sociales y a alternativas que redefinan qué es la salud y cómo se construye colectivamente. Esto implica crear metodologías, herramientas y epistemologías que amplíen los criterios con los que se toman decisiones en el país. El cambio es posible si lo asumimos con rigor, compromiso, visión crítica y desde el “sentipensar”.

Finalmente, ¿qué mensaje desea compartir con quienes asistirán a su conferencia en el Congreso “Todos los Saberes”?

Esta será una oportunidad para poner todos los saberes sobre la mesa, sin competir entre paradigmas epistemológicos ni juzgar de dónde proviene cada conocimiento, sea de occidente o del sur, de la ciencia o de las tradiciones. Este congreso nos integra, nos convoca a reconocernos en las diversidades y a pensar juntos cómo construir alternativas desde la pluralidad de conocimientos. Los espero en mi conferencia sobre ecoenvejecimiento.